lunes, 14 de junio de 2010

UNA BALLENA PERDIDA EN BOCAS


Observando el desastre ecológico que ha producido la explosión de la plataforma petrolífera en el Golfo de México, no puedo dejar de pensar en algo extraordinario que pasó, unos 12 años atrás, en la Laguna de Chiriquí, más exactamente al sur de Isla Popa, aquí en el Archipiélago de Bocas del Toro.

Un día cualquiera un indígena amigo llegó a Bocas y me dijo que una ballena estaba atrapada entre unos arrecifes en Loma Partida hacía ya tres días y que no sabía porqué no se iba pues no estaba encallada.

Esas cosas no pasan todos los días en Bocas del Toro, zona adonde sólo llegan ballenas por equivocación. Hay o había en la llamada Playa Ballena en la Península Valiente un esqueleto depositado en la playa. La verdad nunca lo vi pero sí vi una vértebra, supuestamente de la misma ballena, que se encontraba en las instalaciones que tenía Ancon en Bocas.

Cuando llegamos al sitio, después de 45 minutos en bote, pude ver que esta nueva ballena se encontraba en un lugar bastante profundo y amplio (un círculo de unos 300 metros de diámetro y una profundidad de más de 10 metros), totalmente rodeado de arrecifes de coral excepto un pequeño hueco, seguramente por donde había entrado. Estaba lloviendo bastante fuerte por lo que decidimos volver al día siguiente con equipo de snorkel y una cámara fotográfica.

Como la noticia corrió rápidamente por todo Bocas, al día siguiente cuando llegamos al sitio habían otras 6 lanchas observando. Rápidamente preparamos nuestros equipos (el amigo y yo) y nos tiramos al agua, siendo los primeros porque los demás observadores estaban con un poco de aprensión por el tamaño de la ballena, unos 12 metros.

Inmediatamente, la ballena se acercó a nosotros, dió varias vueltas alrededor nuestro, mirándonos con curiosidad (al menos eso me pareció) con uno de sus ojos, y luego se alejó. Nunca más nadie pudo acercarse a ella, porque cada vez que alguien se tiraba al agua (incluyéndome) ella se alejaba al extremo contrario del sitio. Por varios días continuaba viendo en mi mente ese ojo de la ballena observándome... fue inolvidable.

Por los días siguientes intentamos de todo para empujar la ballena fuera del arrecife, haciendo ruído con las lanchas y hasta con un remolcador, pero ella, cuando parecía que saliría, se sumergía y volvía hacia atrás. Todos estábamos muy frustrados porque parecía que iría morir allí, aunque nunca supimos el motivo por el que había llegado.

Sin embargo, así como llegó, un día desapareció. Casualmente fue el día que yo iba con equipo de buceo y cámara submarina, pues el tiempo estaba mejor y la visibilidad seguramente sería buena, no como en los días anteriores.

Investigando con las fotos, un especialista de Puerto Rico nos dijo que la ballena era de la especie Sei (primera vez que supe de ellas) y que su hábitat es el Golfo de México.

Cuando veo ahora las terribles noticias del Golfo de México no puedo dejar de pensar en esa ballena y que esa especie, al igual que muchas otras, la deben estar pasando muy mal en estos momentos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario